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lunes, 31 de enero de 2011

MAY PICQUERAY EN "LA MEMORIA DE LOS VENCIDOS"




May pasaba sin transición de la ingenuidad a la exaltación. Bastaba con que viese una injusticia, una contradicción entre la teoría política y la práctica social (¡en Rusia estaba bien servida!) para que explotara. Su voz dulce se convertía entonces en un trueno. Uno se preguntaba cómo podían salir semejantes arengas de una boca tan encantadora. Durante toda su estancia en Moscú, May no dejó de indignarse. La delegación francesa se decía avergonzada de tener entre sus miembros a alguien tan pesado. Por contra, Fred enseguida se apercibió de que Zinóviev y Trotsky no sólo la dejaban hacer sino que buscaban pretextos para enfadarla. Con sus exageraciones, representaba demasiado bien el estilo de anarquista folclórico al que los bolcheviques todavía permitían todas sus fantasías como para privarse del espectáculo. Fred quiso advertirla de los efectos de su comportamiento. Ella le mandó a paseo sin más miramientos:
—Tú y Victor Serge estáis muy bien colocados para darme lecciones; sí, vosotros, los encubridores, los aliados. Los que encubrís, amigo, no valéis más que los encubiertos.

...Y luego continuó, hostil:
—Dime, encubridor, yo no cierro los ojos y estiro bien las orejas. No he venido hasta aquí para cebarme como todos esos cerdos que se dicen delegados. ¡Delegados y una mierda! Tengo la suerte de poder observar el paraíso de los soviets. Es peor de lo que imaginábamos. He visto a un profesor de filosofía y letras arreglando zapatos, a un ingeniero que me pedía que no le acompañara a su casa porque temía que sus hijos le denunciaran si se enteraba de que acogía a una anarco-sindicalista. He asistido a una elección de delegados en la fábrica Dynamo. Todos los votos a mano alzada, por unanimidad. La huelgas, prohibidas. La paga, calculada en función del rendimiento. Al obrero despedido le expulsan de su vivienda... ¡Todo eso es el sueño de los patronos capitalistas, no el sueño de los obreros!

Michel Ragon. La memoria de los vencidos. La oveja roja. Madrid. 2010.

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